domingo, julio 12, 2009

Los docentes digitales y la gripe A

Acerca de actitudes, plataformas, compromisos y estrategias. De crisis, de aprendizajes de las mismas y de impactos sobre la tarea cotidiana.
"En mi escuela, por causa de la gripe A, nos quedamos sin alumnos. ¿Y para qué vamos a venir?."
Este fue el pensamiento de muchos docentes, (e incluso de directivos) en la semana que pasó.
"De última, que las familias manden los chicos a Educ.ar o a Speedy aula 365, que ahora es gratis...".
Apareció en algunos colegas en esta época de crisis, una actitud de desidia, de no dar la talla, demostrando que se consideran a sí mismos meros empleados, y no practicantes de una profesión que es a la vez un compromiso, en primer lugar con sus alumnos, y luego con las familias. Y algunas instituciones que se centraron en echarle la responsabilidad a otras instancias para no intentar estar en contacto con los estudiantes.

Sin embargo, conozco escuelas que sí han dado la talla. (Siempre la institución, nunca el Ministerio, quien definitivamente no lo puede hacer, y solo debería crear condiciones para que las instituciones puedan trabajar). Y en esas escuelas, colegas que generan respeto y admiración.

En los dos días previos al comienzo del receso produjeron tarea (no necesariamente teniendo en cuenta el entorno en el que se moverían los chicos), y la enviaron por medios electrónicos o a través de los padres. Los docentes abrieron sus casillas de mail y están acompañando a los alumnos, en un nuevo escenario (aún cuando sea por dos semanas).

Y desde el campo (no desde una montaña mirando con un catalejo), aparecen ciertas satisfacciones: "...mi maestro me contestó", "...mi alumno entró el fin de semana", "...mirá lo que pudieron producir fuera del aula...".

Y también ciertas contradicciones: Es notable como algunos docentes dicen "¡Pero cómo preguntan los chicos, me pasé dos horas contestando!". Esperamos que reflexionen qué es lo que ocurre cuando dan una consigna en el aula y no hay preguntas....

Y empiezan a resquebrajarse ciertos mitos acerca del aula sacrosanta, de la deshumanización que provocan las tecnologías, de "yo no puedo hacer esto". Pero quedan otros: Como realmente utilizar Internet en todo el potencial posible, como generar espacios colaborativos, como permitir la diversidad en las producciones.

Pero comenzó a existir colaboración. El docente no está solo adentro del aula, reclamando "capacitación". Empezó a buscar a otros colegas, a crearse una red de consultas, a volver a aprender, y esperamos que a reflexionar sobre esta situación y cómo estas prácticas de emergencia lo podrán ayudar a trabajar mejor en el futuro.

Y los alumnos comenzaron a colaborar, a entender que no todo vendrá predigerido como en el libro, a que deben trabajar juntos, a preguntar y a tener paciencia esperando la respuesta (lo cual en términos de adolescentes y de nativos digitales es remarcable). Inclusive han adaptado sus prácticas en las redes sociales y han generado espacios de colaboración en las mismas . El "juntamos 5000 votos y Fulano se corta el pelo", fue reemplazado por "¿alguien sabe como se entrega la tarea de matemática?".

Y aparece la discusión, la desorientación, la ayuda, la queja. Todo lo que es realmente un proceso de construcción de sentido y no sólo de transmisión mecánica de información. Acá hay un ejemplo: http://campus.belgrano.ort.edu.ar/medios/articulo/45912/radio-on-line. No dejen de mirar los comentarios (están en orden inverso),

Cerramos estas breves reflexiones con testimonios de seis docentes de las Escuelas ORT, que comentan acerca del uso del Campus Virtual ORT. Más allá de estar involucrado en el mismo, (y que los colegas son muy amables y están hablando en un marco institucional), recomiendo que escuchen lo que dicen. Dos veces. Ayudará a seguir pensando sobre la crisis y sobre lo que podría aportará ésta a la tarea "en formato regular".






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